Un estudio internacional de la empresa británica YouGov en 24 países mostró que la pizza y la pasta se encuentran entre los platillos más populares a lo largo del mundo, lo que dio como resultado que la comida italiana sea la preferida en términos generales, ya que es la que marca mayores cifras de aceptación y menos de rechazo, con un rango promedio de popularidad de 84% entre todos los países encuestados.

No resulta sorprendente que los mayores fanáticos de la cocina italiana sean ellos mismos: el 99% de los italianos dio como favorita a su propia gastronomía, mientras que otros países como España y Francia le siguen a la zaga. Otras cocinas populares internacionalmente tampoco resultan una sorpresa: la comida china marcó un 78% de popularidad, mientras que la Japonesa alcanzó un 71%. Sin embargo es importante señalar los sesgos del estudio, puesto que mientras la comida peruana recibió un puntaje promedio de 32%, los peruanos no estuvieron incluidos en la encuesta, y mientras la gastronomía brasileña o la argentina puntuaron un poco más arriba, la comida chilena no estuvo entre el listado consultado a quienes respondieron, y ningún país latinoamericano fue encuestado.

Ver también

Con todo, como toda encuesta, siempre será parcial en un sentido o en otro, pero no se puede negar que la gastronomía italiana ha conquistado el mundo a tal punto de que cuando comemos pasta o pizza no pensamos ni por un instante en que estamos consumiendo comida extranjera: estos platillos han sido recibidos, abrazados e incluso adaptados y resignificados en cada uno de los países del globo, incluyendo Chile, donde nunca se encuentra uno demasiado lejos de una pizzería, y las clásicas cadenas internacionales como Papa John’s pueden llevarte a domicilio una pizza según tus preferencias en pocos minutos, gracias a alianzas con plataformas como PedidosYa.

La inmigración italiana en Estados Unidos y en el resto de América durante el siglo pasado nos trajo una enorme oleada de nuevos sabores y preparaciones que se mezclaron, se remezclaron y se reinventaron, lo que deja sumamente claro que la preferencia de los chilenos por la comida italiana viene de generaciones atrás y se ha arraigado culturalmente como herencia de nuestros ancestros: no sería descabellado pensar que en América Latina, nuestra sangre es roja porque tiene tomate.